La estimulación sensorial se convirtió en la última tendencia en materia de sexualidad. Si en los últimos años el slow sex era el tema predilecto de los exploradores, ahora el sexo sensorial está en el centro de las conversaciones gracias a sus beneficios. Pero ¿en qué consiste esta práctica para poder cambiarlo todo en nuestras relaciones? Tener relaciones sexuales, sí, pero focalizándose en los sentidos sensoriales, no en la ansiedad, el estrés y la rutina. La sexóloga Megwyn White popularizó esta forma de hacer el amor, y al interesarse más de cerca a sus beneficios, tiene bastante sentido.   

¿Qué es el sexo sensorial? 

¿Qué tal si, en lugar de ver el orgasmo y la penetración como única meta del sexo, nos tomamos un tiempo para investigar esos cinco sentidos? Este es el postulado a partir del cual se formó Megwyn White, para desarrollar la idea del sexo sensorial. Dándole importancia a la focalización en la vista, el oído, el olfato, al gusto, y el tacto en el acto sexual, uno podría incrementar las sensaciones en pareja o con varias parejas. Se trata de una manera de concienciarse sobre estos sentidos olvidados, aumentando el placer.  Mejor dejar tu ansiedad en el armario y disfrutar de esta estimulación para coleccionar los orgasmos. 

Solicitar a todos tus sentidos antes y durante el acto haría surgir la excitación por la vista, el olfato o la audición, por ejemplo. Puede tratarse de escuchar a tu pareja suspirar de placer, sentir su piel suave, tocarla de manera diferente en las zonas erógenas o al intentar nuevas posiciones sexuales… Una conexión poderosa, que a menudo se compara con un trance común. El cuerpo, la mente y el alma de las parejas están unidos. Suena bien, ¿qué te parece?  

¿Cómo probar el sexo sensorial y salir del sexo mecánico y performativo?

El sexo sensorial invita a tomarse tiempo. Se acabaron las sesiones de relaciones sexuales rápidas, donde la penetración está en el centro de la relación sexual. Ahora, la sexualidad se vive en plena consciencia dándole importancia a los cinco sentidos. Para ello, crea un ambiente especial: instala velas, un fondo sonoro que invita a la sensualidad, preparaciones culinarias para aplicarse encima (como el chocolate), perfumes y aromas, música, dulces, sin olvidar estimular la vista. Así, tendrás todo lo que necesitas para despertar tus sentidos.   

El otro punto en el que se apoya la sexóloga para definir el sexo sensorial es la plena consciencia de nuestros actos. En lugar de hacer las cosas de forma mecánica, mejor sentirlas: por ejemplo, un beso o una caricia en los genitales estimulan el tacto… También puede ser excitante la vista de unas curvas femeninas, u oír a tu pareja gemir de placer porque le gusta esa estimulación. Sentir y concienciar estos momentos aumentará la intensidad y potencialmente el orgasmo final.   

Sexo sensorial: ¿cómo mirar a su pareja?

A menudo tendemos a hacer el amor en la oscuridad, pero la vista juega un papel muy importante en la excitación. Es cierto que encender la lámpara de techo, no es lo más romántico, pero piensa en crear un ambiente íntimo: velas, guirnaldas luminosas… Estimula la vista con lucecitas o bombillas de colores. Además, puedes caer en al juego del voyeurismo: le puedes proponer tocarse ella/él misma(o) y observarla(o). Finalmente, para aumentar el deseo sexual a través de la vista, ver una película erótica juntos mientras os acariciáis mutuamente también puede ser una buena idea.  

Estimular el tacto durante el sexo

Es el sentido más utilizado en una relación sexual. Sin embargo, puedes cambiar tus hábitos y encontrar formas nuevas de estimularlo. Apuesta por el calor y el frío y juega con ellos para incrementar la excitación. Explora la piel de tu pareja con hielo, centrándote en las zonas erógenas más sensibles, caricias en los genitales. Sumérgete en un baño relajante y ofrécele a tu pareja un masaje erótico antes de profundizar las cosas en la intimidad. Por último, también puedes comprar accesorios eróticos (esposas, objetos con plumas o terciopelo, una máscara para los ojos…) para atar las manos, estimular ciertas zonas, y explorar sensaciones nuevas. Prueba los aceites de masaje que subliman la textura de la piel o el gel Nuru para literalmente deslizar sobre el cuerpo de tu pareja. Ten imaginación y prueba juegos sexuales en pareja nuevos para animar a tu vida sexual. 

Apostar por olores especiales para aumentar el placer

En primer lugar, el olor a sudor a veces puede resultar excitante. Algunas personas notan sus sensaciones multiplicadas por las feromonas que libera la transpiración. Sin embargo, esta no es la única manera de estimular su sentido del olfato. Puedes perfumar las sábanas con una fragancia sensual como vainilla, chocolate o madera de sándalo. Puedes utilizar aceites para realizar un masaje sensual acariciando la espalda de tu pareja y presionando los puntos necesitando ser liberados.  

El sonido para (re)descubrir el sexo sensorial 

Durante el sexo, céntrate en los sonidos que te rodean. No estamos hablando de los ruidos del vecino o del zumbido del lavavajillas, sino de la respiración del otro, de sus gemidos, de las palabras que él o ella pronuncia. Para estimular el oído durante una relación sexual, podéis experimentar juntos el Dirty Talk, susurrando al oído del otro palabras o frases excitantes. ¡No contengas tus suspiros, sino todo lo contrario! Se convertirán en un arma poderosa para aumentar el deseo y expresar tu placer. También podrán guiar a tu pareja hacia lo que más te gusta.   

Jugar con los sentidos para explorar la sexualidad

Tan estimulante, el sexo sensorial te invita a tomarte tu tiempo, a saborear cada momento, a vivir el momento intensamente. Es una manera de volver a conectar con la plena consciencia durante las relaciones sexuales, para no solo estar en la acción y la búsqueda de algo (muy a menudo el orgasmo) sino para vivir de forma más intensa, esos pocos minutos u horas de placer. Casi como una sesión de meditación sexual, esta otra forma de concebir una relación permitirá conectar los cuerpos como podría hacerlo el tantra, utilizando el oído, el olfato, el tacto, la vista y el gusto. 

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